El testaferro de Juan Carlos I compró el hotel Villa Magna por 210 millones tras estallar la trama suiza
El testaferro de Juan Carlos I, el mexicano Allen Sanginés-Krause, compró en octubre de 2018 el hotel de cinco estrellas Villa Magna, situado en el Paseo de la Castellana de Madrid, tras estallar la trama suiza. Aunque en aquellas fechas el sumario de Ginebra permanecía en secreto, los investigados -entre ellos, los testaferros suizos del ex monarca Dante Canonica y Arturo Fasana- ya conocían por los registros domiciliarios las pesquisas del fiscal suizo Yves Bertossa. El propio Rey emérito había sido sometido a una investigación de unas supuestas cuentas bancarias en dos bancos de Ginebra a nombre de una fundación de Liechtenstein.
Mientras el procurador Bertossa revisaba las cuentas de la Fundación Zagatka, controlada por otro testaferro de Juan Carlos I, su primo lejano Álvaro de Orleans, el inversor mexicano pagaba 210 millones de euros a un holding turco para cerrar la operación. Sanginés representaba a la socimi azteca RLH Properties en calidad de presidente no ejecutivo y accionista. Tras la adquisición, el grupo invirtió otros 50 millones en una ambiciosa reforma de las instalaciones hoteleras, que pasaron a ser gestionadas por el grupo Rosewood Hotel Group.
El 20 de noviembre de 2018 se supo que el mexicano Sanginés-Krause había cerrado la operación de compra del hotel Villa Magna por un montante de 210 millones. Entonces, las investigaciones judiciales en Ginebra se mantenían en secreto, hasta que las desveló OKDIARIO y Sanginés todavía no se había convertido en un personaje tóxico para los intereses del ex monarca. Poco después, este periódico y otros medios descubrieron a través del caso de las tarjetas black que el mexicano, durante la compra del Villa Magna, ya era el testaferro del Rey emérito en operaciones de desvío de fondos para uso personal y de sus familiares.
El testaferro de Juan Carlos I aprovechó la mala situación económica del grupo turco Dogus para alargar su zarpa y comprar el hotel a la familia Sahenk. Los vendedores necesitaban efectivo para refinanciar su holding tras la caída de la lira otomana. Sanginés no desaprovechó la ocasión para comprar uno de los hoteles más emblemáticos de Madrid, junto al Palace y el Ritz. El hotel Villa Magna cuenta con una superficie de 29.738 metros cuadrados construidos, repartidos en 10 pisos y 5 subterráneas para parking de 240 plazas y otros servicios, y 7.500 de parcela, varios salones y restaurantes en la zona más cara de Madrid, entre Serrano y la Castellana.
Cuatro años después, en 2022, RLH pegó el pelotazo con la venta del emblemático hotel a Sancus Capital Partners, un fondo de inversión que había sido creado en marzo de 2021 por Borja Escalada cuando era consejero delegado (CEO) de la sociedad mexicana RLH Properties. El montante de la operación fue valorado por fuentes financieras en más de 300 millones de euros y la misma incluía también la venta del Bless Hotel Madrid, con el que se había hecho poco tiempo antes, en agosto de 2021. Este establecimiento era el antiguo Hotel Velázquez y fue incluido en el pack que se vendió a Sancus Capital Partners en 2022.
Un inversor con experiencia en España
No era la primera vez que el testaferro de Juan Carlos I movía el avispero de los negocios en la capital de España ni la primera que se relacionaba con empresarios españoles. Había sido delegado de Goldman Sachs y había realizado otras operaciones a través de sociedades propias como Asiru Inversiones, Globar Endor y Sanlua Inversiones. Esta última, en colaboración de otro amigo íntimo de Juan Carlos I.
Además, según las investigaciones de Ginebra había otro antecedente común para relacionarlo con Juan Carlos I: un pelotazo en la Riviera Maya, en el estado mexicano de Quintana Roo. La sociedad de Sanginés, RLH Properties, con la que compraba el Villa Magna, poseía numerosas inversiones en el complejo Mayakoba de la Riviera Maya. Por esos terrenos, el testaferro de Juan Carlos I, su primo Álvaro de Orleans, llegó a cobrar una comisión de OHL de 4,2 millones de euros, que fue a parar a una de las cuentas de la Fundación Zagatka, de la que Juan Carlos I era beneficiario, según las investigaciones de Ginebra.
El 10 de octubre de 2018, en misma semana que se remataba la compra del Villa Magna, Álvaro de Orleans confesaba al fiscal suizo Yves Bertossa que en el año 2009 ingresó un cheque por importe de 4,2 millones de euros en una cuenta de la Fundación Zagatka de Ginebra, cuyo principal beneficiario era el Rey emérito, según las investigaciones. Según Álvaro de Orleans, el dinero procedía de una comisión profesional por su intermediación en la venta de unos terrenos de Playa del Carmen (México) al holding español de Juan Miguel Villar Mir, íntimo amigo del Rey Juan Carlos I, a quien hizo marqués en febrero de 2011. Las fuentes conocedoras del caso pronto desvelaron que era improbable que el noble español dispusiera de capacidad profesional y de relaciones comerciales en México para cobrar esa comisión millonaria.
El fondo de Sanginés, RLH Properties, compró en dos fases (entre 2016 y 2018) junto con OHL una parte del complejo caribeño de Mayakoba, un resort con campo de golf por el que pagó casi 500 millones de euros.
Las relaciones de Juan Carlos I y Sanginés alcanzaron notoriedad pública cuando el ex monarca visitó al mexicano en su castillo de Irlanda. La visita fue en agosto de 2017 y en ese viaje el ex monarca asistía acompañado de la que había sido su pareja sentimental, Marta Gayá.
El mexicano había conocido al Rey emérito cuando era el director de la firma Goldman Sachs en Madrid. Después, fijó su residencia y sus negocios en Londres, donde adquirió la nacionalidad británica.
Sanginés-Krause nació en México en 1959. En 1982 se graduó con honores en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y en 1987, se doctoró en Economía por la Universidad de Harvard. En tres décadas trabajó para la banca de inversión, sobre todo en Goldman Sachs, sociedad a la que representó en México, Rusia, España y en varios países sudamericanos. En 2000 se trasladó a Londres, donde reside actualmente y ejerce su trabajo de inversor internacional. El empresario mexicano domina varias lenguas: inglés, español, alemán, francés, italiano y ruso. El amigo y testaferro de Juan Carlos I está casado con Lorena Sanginés-Krause y tiene tres hijos: Alexandra, Sarah y Klaus.
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